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Hay que celebrar el éxito de la huelga feminista del pasado 8 de marzo, y ¿ Qué mejor forma que la de pasar de la movilización, a la práctica? El Gobierno francés ya pone hilo a la aguja en la gigantesca tarea de visibilizar el cambio. La primera medida del ejecutivo de París será la creación de una nueva normativa cívica que multará comentarios obscenos y silbidos en el espacio público.
Las cifras de la región parisina hablan por ellas mismas: el 90% de las mujeres que usan el transporte público se han sentido víctimas de agresiones físicas y sexuales. Cuando la medida se ponga en funcionamiento, los acosadores tendrán que pagar multas de entre 90 y 750 euros, cantidad que dependerá de la rapidez del pago.
La otra cara de la moneda, tenemos ejemplos de países como Portugal y Bélgica, que ya han puesto en marcha medidas parecidas. Aun así, en la práctica se han demostrado difíciles de aplicar: las agresiones de este tipo son complicadas de demostrar y muy poca gente las denuncia.
En todo caso, se trata de una buena oportunidad para establecer un marco legal y defender las mujeres de una lacra nunca bastante denunciada que en el caso del País de Gales se hará a través de un nuevo cuerpo de policía de proximidad, encargados de aplicar la normativa, que quiere poner en funcionamiento el ejecutivo de Emmanuel Macron. El éxito de la medida dependerá de si otros gobiernos se plantean crear normativas parecidas.
